Colombia dio ejemplo y por primera vez en su historia no
paso con la cabeza gacha ante el gran reto de los olímpicos, juegos que se
realizan desde tiempos inmemorables para reunirnos como humanidad en torno a
deportes llenos de gracia y espectacularidad.
Cabe preguntarnos ¿Y ahora qué? Bueno no es solo un punto
alcanzado sino un reto por rebatir para las siguientes justas en Brasil, así
pues, que bueno se ahonde más en la realidad de nuestros deportistas,
verdaderos guerreros que no solo enfrentan sus metas y proyecciones en su
carrera, sino que enfrentan el hambre y la necesidad sin apoyo del gobierno, o
muy poco de este para con su realidad económica.
Por tanto el ahora, que es el principio de una serie de
medidas que garanticen que no solo habrá deportistas para rato, sino que sean promocionados y apoyados por la
empresa privada y el estado en primera gran medida, donde Colombianos y
colombianas desde muy temprana edad, empiecen a forjar sus carreras deportivas
sin importar el lugar o estrato en que se ubiquen, con una sola exigencia dar de
ellos al máximo para alcanzar cupos para los próximos juegos.
Desde el colegio con un sistema de apoyo y generación de compañía
y capacitación en un sistema que alimente juegos organizados intercolegiados
que garanticen generaciones de deportistas para los juegos interdepartamentales
y estatales, todos apoyados por las diferentes regiones, ligas profesionales en
deportes diferentes al futbol como el baloncesto, el voleibol, el beisbol y demás
con apoyo evidente tanto de la empresa privada como del gobierno.
Todo ello con un fin claro proveer de espacios donde
nuestros jóvenes no solo deambulen por las calles en busca de pasatiempos poco
saludables, sino que se enrolen y tomen el deporte no solo como un medio de
diversión sino como una carrera y forma de vida, para dejar en alto una vez más
el tricolor y nuestro orgullo de ser colombianos.
Ahora bien dicho proceso implica no solo gobierno y empresa
privada, sino todos como sociedad apoyando y generando conciencia sobre su
importancia, exigiendo y dotando a este nuevo sistema de recursos y aportes
para que se cumpla dicho fin.
De paso queda agradecer a todos los colombianos que creen en
un mejor país y que trabajan día a día sin parar en dar de si mismos para que
esta nación sea apropiada por un sentimiento puro y hermoso que garantice un
cambio verdadero en todos los estamentos y niveles de nuestra sociedad.
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