martes, 10 de julio de 2012

¡ESE MICO NO ES MIO!




Es inverosímil pensar que tarzán negara a su más valiente amiga, esa que le defendía con un banano de los cazadores blanquecinos y con sombreros ingleses dispuestos a llevarle como trofeo, como podría tarzán en medio de su vocabulario limitado aunque sea pronunciarle un adiós a chita.


Pero en colombia el tarzanesco presidente que tenemos si cometió la ignominia de negarle la existencia a su frankestein ese que entre risas y reuniones exclusivas le abrió la puerta una vez más, a la corrupción que camina invisible y muy despierta por los pasillos de ese magnánimo y romano edificio en el centro de nuestra capital.

Y así lo hizo nuestro personaje, no solo se rasgo las vestiduras al mejor estilo de los fariseos y sacerdotes en película de semana santa sino que negó su paternidad y culpo completamente del adefesio a su entonces amigos en el congreso.

¿Qué se puede esperar de un ser tan desalmado que le niega el apellido a esta criaturita? Pues no se nos haga raro que su cambiedad y su falta de carácter termine por negociar algo más que la nación.
A mí este personaje me genera una mezcla extraña de piedad y dolor, piedad por su cara débil pero regia en muchas de sus facetas y dolor por que lo veo como un títere de su imagen, bien mi voz interior me avisaba que ese show mediático de su posesión presidencial con indios de la sierra y todo, no era más que el inicio de un reality show lastimero donde los paganinis somos todos.

Pero bueno no todo es la culpa del tarzán criollo con apellido delfinesco, también del equipo colaborador, esos mal llamados padres de la patria, que niegan leyes contra los violadores y los conductores ebrios, pero que si tramitan con alegría leyes para sus corruptos amigos incluidos los del espejo.

¿Qué se puede esperar de una estirpe producto de años en poltronas de cuero, Que como aves de rapiña solo esperan beneficios y premios a cambios de vender sus conciencias?. No todos son así pero si una gran mayoría y lo más triste es que dichos seres también son productos de un pueblo que vende su voto con un tamal y una cerveza animada con ambiente familiar, tal vez eso que el pueblo merece sus mandatarios no es tan erróneo.

En fin solo nos queda comer las palomitas y esperar que “el retorno del rey“ese que solo le falta corona, no termine con empeorar con su egocentrismo lastimero y sentido dictadorzuelo de isla, termine por darle estocada final a un país desangrado por la miseria, la falta de oportunidades y la violencia productos de las narices gringas y las diferencias “políticas” que de fondo solo guardan cadáveres.