lunes, 25 de abril de 2011

SEMANA DE PASIÓN Y LETRAS MUERTAS

De que carajos sirve arrodillarse y rogar a Dios que nos perdone los pecados, arrastrarse y creer que llevando nuestros cuerpos inermes a las diferentes iglesias, con eso todo puede cambiar si al día siguiente o la misma noche todo queda en el pasado y los verdaderos sacrificios los dejamos para después.

Hoy en día, la religión es un deporte más, una bandera más o una forma mas de ocultar o depender emocionalmente de un grupo de personas a las cuales creemos familia, la gente hincha sus palabras con la palabra Dios pero eso en ocasiones es solo un ademan monstruoso para demostrar que pertenecemos a algo en medio de un mundo de desinterés y desorden.

Pero después de estar con aquellos y escuchar la palabra de un hombre de sotana o una persona con titulo de guia creemos que con eso nuestra conciencia quedara limpia o con ello somos alguien.

En realidad ocultarnos tras una misa o un culto solo emerge fantasmagórica pero definida la necesidad de pertenecer a algo o ser alguien, esa es la verdadera necesidad, nos creemos tan pocas cosas tan miserables tan lamentables que esa percepción de nuestro mundo personal es desmeritado, esa inferioridad es el primer paso para subordinarnos a la palabra de otros humanos que se apropian de una divina y se creen con el derecho de casi inmortales por determinar que es la de Dios, pero ese vacío es llenado con esas palabras y promesas, mimetizan con cantos y ritos ese vacío, esa necesidad, pero dentro muy dentro la inquietud no deja de gritar y el verdadero cambio nos supera, así que lo callamos con la fe y la resignación bajo las letras doradas de una iglesia vieja y agonizante o bajo las letras de neón modernas de una nueva y renovada.

Pero abajo en lo profundo que crece, que grita en medio de los genes y multitudes de células apiladas que conforman nuestras carnes, esa voz calla y muda sigue sin entender que el reloj marca las horas con o sin nosotros y la unicidad de nuestra raza es propia de lo inexplicable y eso es el comienzo de la comprensión.

Semana de pasión, recuerdo de una cantidad de palabras que se las lleva el viento: ¿Por que el mundo sigue igual?