miércoles, 4 de mayo de 2011

DE LA POLÍTICA Y OTROS DEMONIOS

Por estos días en Bogotá se presenta un derrumbe en la alcaldía, y no es tierra sino una hecatombe de sosobra y podrida corrupción, y no con ello se quiere exponer que sea cierto o falso las acusaciones, pero cuando el río suena fue que se ahogo una banda de guerra.


La Alcaldía y ahora las eps son muestras de lo poco que nos importa la nación, lo vemos como una masa sin forma a la cual se le puede apuñalar para extraerle hasta el último centavo; centavos que pagamos todos con la añoranza de tener un mejor país, una ciudad no del primer mundo,pero una ciudad bonita con calles medianamente bien y con todas las garantías, pero la corrupción se esta devorando el cadáver que dejan otros, es un carrusel infernal donde cientos de parásitos comen y el público atónito mira adolorido en los bolsillos el desangre.

Pero mirar con ojos lejanos la podrida política no es una forma digna de revisar el tema, como muchos lo han dicho, los políticos son la sombra y reflejo de un pueblo que aún escoge a sus gobernantes con tamales, billetes de 20mil o promesas, que todos sabemos son difícil de cumplir cuando los acuerdos, monarquías y maquinarias políticas están en medio.

Una sociedad ciega y estúpida que alimenta con sus votos a esta estirpe miserable y devoradora, salvando claro esta uno que otro en medio de tanta basura.

Por tanto el echar preso a un alcalde o a un servidor público que se lleno los bolsillos acosta de enfermos terminales y niños muriendo sin medicamentos, no nos asquee, es por que muy seguramente la enfermedad de la corrupción a cumplido su objetivo.

Meditar y saber a consciencia por que carita gris vamos a votar, seguirle y analizarle para estar pendiente que el populismo y la euforia de un momento de candor al son de banderas y alegría donde la lechona alegre ve como se comen sus entrañas y un encorbatado con tono gaitanesco grite que somos lo mejor y que con el o ella el futuro es ahora, no debe ser la opción, al contrario revisemos nuestro voto, ese tamal o lechona nos puede seguir saliendo caros.

Desertar y mirar con furia por que al ahora es el que elegimos.

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