LAS MINAS Y SU TRISTEZA

MANOS SANGRIENTAS ARRANCAN PIEDRAS

La minería en colombia exceptuando cotados casos no deja de ser subterránea y miserable, donde hombres, mujeres y niños al mejor estilo novelesco de la ratas, buscan sus sustento entre orificios mal llamados minas sin la mas minima seguridad y ansiando un plato de comida o un mejor mañana.

La pobreza merodea y con ella los derrumbe productos de las planeaciones precarias en su explotación, los incendios y explosiones por el uso indiscriminado de dicho material, y el hambre que siempre se acrecienta y nunca se acalla.

Ser minero en colombia es riesgoso, sin olvidar que esta profesión lo es desde siempre, pero en nuestro país se le debe sumar la falta de control por parte del estado y la corrupción imperante que alienta que cualquier hueco se titule como mina.

UN HOMBRE CUENTA BILLETES EN EL CEMENTERIO

Pero no todos pierden en la minería, ya que hay ganadores que se enriquecen sobre los cuerpos putrefactos bajo tierra, son los dueños de las minas y los corruptos en el estado y la empresa privada que se alimentan de la explotación desaforada y sin control, incluso el lavado de activos asoma sus narices en estas profundidades, la pobreza y la necesidad alimenta los estomagos y bolsillos de los dueños mientras los cuerpos moribundos se retuercen atrapados por falta de oxigeno en algún taponamiento o explosión dentro de los socabones a la espera de una salvación.

Ganadores que se enriquecen sobre los cuerpos putrefactos. bajo tierra,

OJOS ANSIOSOS Y BOCAS HAMBRIENTAS
Abra que esperar como siempre leyes mas fuertes y que el estado deje de lamentarse con sonrisas socarronas, que se tenga presente que los mineros también son colombianos, y símbolo de una sociedad excluyente donde el peor trabajo termina siendo la única opción.

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